Carmela Combe Thomson nació en 1898 y cuentan que desde pequeña cuando estaba en el colegio soñaba con volar dado que en esa época se iniciaba la aviación en el mundo. Por ese entonces, en 1903 se realizó el primer vuelo de una aeronave llevada a cabo por los hermanos Wright y en nuestro país en 1911 se realizaba el primer vuelo de un avión por Juan Bielovucic motivado por la gran hazaña de Jorge Chávez que en 1910 se convirtió en el primer aviador en el mundo en cruzar los Alpes en un avión.
Es así que en esa primera década de la historia de la aeronáutica peruana, la aviación estaba en plena efervescencia pues constantemente se realizaban diversas actividades entre ellas la creación de centros de formación de pilotos. Por esos años, Carmela no solo se sentía atraída por la aviación sino que también tenía la pasión por el automovilismo, compitiendo en carreras de autos y motos. En diciembre de 1920 tuvo la oportunidad de ser invitada a volar en Lima en un avión Curtiss con el piloto norteamericano John Littlejohn, hecho que la hizo tomar la decisión de concretar su sueño de volar inscribiéndose a comienzos de 1921 en la Escuela Civil de Aviación de la Compañía Nacional de Aeronáutica en Bellavista que fue una iniciativa de la misión comercial de la Casa Curtiss. Esta escuela había iniciado sus actividades en julio de 1920 y fue así que Carmela formó parte del segundo grupo de alumnos que recibirían instrucción para convertirse en pilotos.
Cabe destacar que en este segundo grupo de futuros aviadores también estaba inscrita otra mujer de nacionalidad boliviana, llamada Amalia Villa quien sería la primera aviadora de su país y que dejo gratos recuerdos en el Perú con un libro titulado "Con las Alas Artificiales". El instructor de Carmela fue el jefe de instrucción de vuelos de la escuela, el piloto norteamericano Lloyd R. Moore, un experto aviador formado en 1914 en la Aviación Naval de los Estados Unidos que se destacó como instructor de vuelos en la Primera Guerra Mundial e integró la tripulación del célebre escuadrón de aviones Curtiss NC (Navy Curtiss) que atravesaron el Atlántico en 1919.
Carmela quería también ser partícipe de la gran campaña de progreso que se abría en esa época a la juventud con la nueva escuela de aviación civil, que hasta esos momentos sólo era una osada actividad para los hombres. Pero, ella tenía una deuda contraída desde la infancia, cuando se propuso así misma que quería volar como los pájaros, anhelo que supo saldar tras esforzada lucha, venciendo los prejuicios de la época y siendo consecuente con sus deseos de aprender a volar.
Así, luego de su proceso de instrucción el 6 de mayo de 1921, la joven Carmela de 22 años realizó su primer vuelo solo en un avión Curtiss Oriole, hecho que la convirtió en la primera aviadora peruana. Esto marcó un gran hito ya que se inició la participación de la mujer peruana en la naciente aviación nacional.
En julio de 1921, mientras Carmela volaba de regreso a Chorrillos, donde había llevado cierta cantidad de dinero para pagar la planilla de los trabajadores de las pampas de "El Imperial" en Cañete (Ica) sufrió un serio accidente debido a una falla del motor de su avión pues tuvo que realizar un aterrizaje forzoso y al impacto con tierra recibió un fuerte golpe en la columna que la obligó a alejarse por un tiempo de las actividades aéreas. A pesar de ello, no dejó su empeño de seguir volando y en 1922, obtuvo su licencia que fue entregada por el piloto Elmer J. Faucett, fundador de la prestigiosa aerolínea peruana que llevó su nombre. Años más tarde viajó a Francia en donde tuvo la oportunidad de seguir volando y fue allí donde contrajo matrimonio con Julio Bardi, finalizando en 1932 sus actividades aéreas.
Debido a sus logros y contribución a la aviación nacional fue condecorada en dos ocasiones, en 1960 por la Fuerza Aérea del Perú quien la distinguió con la "Cruz Peruana al Mérito Aeronáutico" por ser la primera mujer piloto en el Perú, pionera de la aviación civil nacional y años más tarde en 1982 el Ministerio de Aeronáutica, le otorgó la medalla al Mérito "Jorge Chávez Dartnell" por su contribución al desarrollo de la aviación civil.
Carmela Combe falleció sesenta y tres años después de su primer vuelo, el 10 de mayo de 1984. No cabe duda que, desde los inicios de la aviación, la mujer en el Perú con su audacia y simpatía, ha compartido con los hombres el riesgo de volar, demostrando así, que no hay nada que no puedan realizar, imponiéndose a las nuevas generaciones, haciéndose merecedora de admiración y respeto. Nuestra distinguida aviadora fue la pionera y marcó el inicio para que otras mujeres peruanas tuvieran la oportunidad de formar parte del fascinante y apasionado mundo de la aviación donde muchas están presentes hoy en día no solo en Perú sino también alrededor del mundo.
"Al volar por primera vez, mi impresión fue la de haber volado siempre."
